(Joven palestino lleva en sus brazos a un asesinado por los militares “democráticos” israelíes, en Gaza. Masacrado, gracias al presupuesto yanqui permanente a Israel. Mayo del 2011)
El juego para la galería que han llevado a cabo todos los presidentes yanquis desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora, respecto a sus posiciones con el estado israelí no han cambiado, ni cambiarán nunca, mientras el estado yanqui siga sosteniendo el sistema económico capitalista mundial en sus brazos.
Lo que a lo mejor fue nuevo, fue la esperanza que Obama despertó en los pueblos árabes en general, y en el pueblo palestino en particular, de que una nueva política estadounidense podría ser posible en esas zonas. Y esto, por los orígenes y el color de la piel de Obama. Pero todos se equivocaron. Y no menos, los despistados de la Academia noruega del Premio Nobel de la Paz, que le otorgaron a ese oscuro personaje yanqui, el premio Nobel de qué?
La política imperialista yanqui nunca ha sido más agresiva que hoy día. Irák, Afghanistán, y Libia lo están demostrando. Y el cuatriunvirato ONU, EU, USA, NATO liderado por EEUU, es quién decide el futuro de los pueblos de todo el mundo actual.
Y como dicen en Sudamérica: ¡Qué mala suerte, hermanos! Tan lejos del cielo, y tan cerca de los yanquis.
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El presidente de Estados Unidos Barack Obama aseguró este domingo ante grupos de presión pro-Israel en Washington que la ONU jamás creará un Estado palestino independiente y reiteró que el compromiso de su país con la seguridad de Israel es “inquebrantable”.
Ante la conferencia anual del Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí, el principal grupo de presión judío en Estados Unidos, Obama dejó en claro su completo respaldo a Israel. Mientras daba por sentado que la ONU no crearía un Estado palestino independiente, tal como exigen los palestinos y gran parte de la comunidad internacional, Obama instó a Hamas a reconocer a Israel.
Obama también arremetió contra el pacto de reconciliación palestino entre Al Fatah, que gobierna Cisjordania, y Hamas, al frente de Gaza, y afirmó que supone “un obstáculo enorme para la paz”. El presidente estadounidense fue más allá en su discurso y afirmó que la paz no puede ser “impuesta” a Israel y sus vecinos.
El pasado jueves, Obama reconoció que las fronteras entre Israel y un futuro Estado Palestino deben ser basadas en las de 1967, previas a la invasión de la Guerra de los seis días, siempre y cuando ambas partes hagan concesiones en las conversaciones de paz.
“Las fronteras entre Israel y Palestina deben ser basadas en las de 1967 con intercambios de mutuo acuerdo, de manera que se establezcan fronteras seguras y reconocidas por los dos Estados”, dijo el mandatario durante un discurso sobre Medio Oriente en la Casa Blanca.
Este comentario de Obama generó la inmediata respuesta del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el cual rechazó este jueves devolver a Palestina parte de los territorios ocupados en los años 60, en respuesta al discurso realizado por el presidente de Estados Unidos.
Netanyahu excluyó que “centros mayores de la población israelí en Judea-Samaria (Cisjordania) se encuentren del otro lado de la frontera” entre Israel y un futuro Estado palestino, indicó un comunicado oficial.
Respecto a las principales colonias judías en Cisjordania, Netanyahu excluyó el retorno israelí a las líneas de armisticio anteriores a la Guerra de los Seis Días de junio de 1967.
Y ayer domingo, el presidente estadounidense matizó y dijo que su postura fue “tergiversada” y se ignoró su llamado a que se efectúen los intercambios de tierra.
“Esto significa que las propias partes -israelíes y palestinos- negociarán una frontera que es distinta a la que existió el 4 de junio de 1967″, dijo.
La invadida Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania, que suman en total seis mil 200 kilómetros cuadrados, de los cerca de 15 mil que inicialmente pertenecían a los palestinos, fueron los únicos territorios que le quedaron a este pueblo luego de que la Organización de Naciones Unidas (ONU) decidiera en el año 1948 partir el territorio para otorgarle una parte al nuevo Estado de Israel.
Durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967, Israel invadió Jerusalén Este, que había sido asignada a Palestina.
Actualmente, Gaza es un territorio que todavía se mantiene ocupado con una persistente y profunda crisis humanitaria debido al bloqueo económico y comercial impuesto por Tel Aviv desde hace cuatro años.
Este bloqueo mantiene cerrados los pasos fronterizos necesarios para que Palestina reciba ayuda humanitaria, alimentos y combustible.
Tras la invasión de Israel a territorio palestino, el Gobierno israelí comenzó a construir miles de asentamientos en Jerusalén Este. Tropas y autoridades de ese país han desalojado de sus casas a los palestinos residentes por la fuerza.
Los palestinos llevan 63 años tratando de reivindicar su derecho a existir como Estado independiente y a recuperar el territorio que sistemáticamente Israel les continúa arrebatando por la fuerza de las armas, sin que la comunidad internacional haga nada para impedirlo.
AFP / Telesur / EFE
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