El Queco
Aspirante a quilombo,
sublimación de la palabra,
voz ligera y contagiosa,
ganas de esconder,
lo ya escondido.
Estamos quequeando,
aquí en el Queco,
queco compartido,
de aquí no se va nadie;
ni los que tienen la corneta,
de estar formando quequeadas opinones,
información queca opinión manejada,
la que le dice al cascarriaje la que-ca-gada,
que estan haciendo los sindicatos,
el queco de la inflación,
el queco de la desflación,
el queco del la huelga,
el queco de la crisís,
el queco de la burbuja inmoviliaria
el queco de un país de primera,
el queco de la droga la mexicana,
el queco que es droga colombiana,
el queco y su mercado en la realidad americana,
el queco de los norcoreanos muertos de hambre
el queco de buscar comida en el fondo de los tachos,
allá en Manhattan.
¿qué queco será eso?
el queco de la economía en alza,
el queco del dólar, que se baja
en el queco de la seguridad y el manoseo,
si me quequeas con el fantasma de la huelga
te largo la quequeada de las cifras de la encuesta,
en el queco de esta prehistoria,
no se escapa nadie,
ni el que recibio, un pedacito de la torta,
ni el que se patina en el queco de la mierda.
queco de los militares, viejos jubilados
quecos torturadores, sin memoria,
quecos de los pederastas con sotanas,
de estos quecos quilomberos
no se escapa nadie, je, je
ni el banquero, ni los bancos,
ni el comerciante a medias,
ni el comerciante virtual,
ni el dueño de las minas o el ganado,
ni el que manda tropas a quequear,
a los países de tercera,
ni el quequeo de la tortura
en el queco, de los países de cuarta.
El queco de los que quieren componer
lo que se raja,
el queco de los industriales,
quecos de la Fiat, queco de la Opel,
Queco de la Seat, con licencia prestada
la huelga empezo a ser mala palabra,
ni ocho horas ni trabajo, consigna proletaria
la emancipación de los obreros es obra del mismos proletarios, ni dios, ni amo, ni estado, por una economia repartida, por la administración de las cosas y plena libertad de los humanos. Abajo las armas y las guerras, transformar la familia en algo mas universal, y mas humano.
En este queco, de sandalías rotas
de discursos en plazas apestadas,
sucumben todavía,
por la gracia de dios y el capital,
los políticos de colores cambiados,
los camaleones, de la carrera hacia el palacio,
el gran queco, que son los parlamentos
el gran queco, que son las instituciones del estado,
el queco del voto cada unos cuantos años,
el queco de la democracia protegida
donde tenés la democrática libertad
de polular en tu pleno queco asquiado.
Hágase la luz, dijo el señor
por allá en el queco de lo alto,
inventemos el queco del castigo,
Eva quequeando cara al sol, sin contrabando
ingenuamente forniquiando,
cara al sol en su postura,
mientras Adam en pelotas,
se afirmaba en sus cuartos.
Y el espíritu elevado y victoriano
de desvirtuados ojos diabetíanos,
falto de Viagra, cuerno molido de alce o de cabra,
condenaba a los juegos de los bravos,
mientra él se mastubaba de costado.
En el queco del comienzo,
se escondía la vara levantada,
el exilio, la muerte o la cicuta
todo a la hoguera o a la nada.
Dios, me salve por estos coqueanos desvarios
del queco salgo, al queco voy
ya no me salvo
al satanás me entrego, gracías dios mío,
por tanto queco contagiado.
Héctor Díaz
28.12.2010
Comentarios (Visita también:
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