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reflexiónes desde las cloacas

A qué tanta vanidad?

A qué tanta vanidad?

(Visita también: Reflexiones desde las cloacas)


Hola! dijo la silueta de uno de mis pasados, y me alegró su saludo.
Yo te conozco a ti, y tú me conoces a mi, agregó con suavidad de brisa tibia, y la calle de mi vida se expandió, cual sonido cualquiera que rompe el silencio de la vida escandinava.

La noche y la pasión no tienen dueños, dijo la masajista que amasa espaldas con sus dedos de espigas suaves, y me contó una historia de amor, de esas que a nadie canta puesto que ya es una veneración sin hojas que sacar. Como calendario amarillo olvidado por el tiempo.

Las sombras de mis manzanos plantados en tierra alquilada, alumbró el césped de mi certidumbre, y cuando llegó el otoño y sus hojas cayeron, ya otra adoración entibiaba su cuerpo. Sus frutos nadie los comió, sino solo los pájaros que dan por pasar por las afueras de mi existencia maltrecha.

Los niños dormirán una noche angustiada en Vellinge, y las garras de la xenofobia les dará los buenos dias de un despertar en otro idioma, plagados de prejuicios e intolerancia. Mas nosotros seguiremos haciendo la vista gorda, como si todo fuese asi como debe ser, en este reino de juguete escandinavo.

Y porqué dejáste de quererme? le preguntaré a la vida cuando dé mi ultimo suspiro acongojado. Pero no esperaré respuesta de su aliento transformado, ahora en fria aureola mortuoria, que bostezará desinteresado sobre mi frente macilenta, el día en que estaré cara a cara ante su presencia infaltable en nuestros diarios de biografía desgastada. Porque pese a su respuesta o la de otros, ya nada podrá cambiar el rumbo de mi paso por la tierra. Por la pachamama generosa y bella, que tan sin piedad torturamos.

Saco mi máquina de afeitar eléctrica para arrancar los pelos blancos de mis mejillas, mientras tú preparas una tortilla fantástica, y tal vez algúna vez nos juntaremos en un mundo mejor, alli donde la tierra solo sea tierra y no plástico artificial. Y donde la vanidad ya no existirá sino simple amor, solidaridad y comprensión.

Amicitia pro umquam!

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