Injusticia muda

No entiendo porqué a no todos les gustan las flores? dijo Pelle después de un día de trabajo en un barrio de extranjeros pobres, cuando le dio por hacerse el proletario y laborar como jardinero municipal en la comuna de Spånga, en la zona norte del Gran Estocolmo.
Según yo tengo entendido, es este su primer trabajo asalariado. Pero como está siempre a mis espaldas leyendo lo que yo escribo, vió tambien esa frase de más arriba, y con furia en sus tonos angelicales de coros eclesiásticos, me preguntó que a qué mierdas me referia al escribir tal injusticia social.

Decidí entonces hacer como los viejos filósofos griegos, y situarme frente al mar para gritarle a sus oidos de caracoles, que me eseñaze a hablar mejor para obtener una dicción perfecta, cuando le hablara a mis discípulos aterrorizados por mis especulaciones pesimistas, cada vez que nos juntabamos a la sombra de un océano cualquiera. Porque pareciera que lo que escribo irrita la razón, acongója el alma y aprieta el culo.

Sin embargo lo unico que conseguí fue perder la voz durante tres días y dos noches, período durante el cual me tuve que comunicar con todos los que me rodean, con pedacitos de papeles amarillos escritos con mensájes enfurecidos de frustración no contenida por no poder cantar opera asi como lo hace Plácido Domingo cuando está bajo la ducha en sus días libres, o cuando muestra su cuerpo desnudo de ballenato aceitoso en el mediterráneo, y brama sus arias al viento libre que no tiene más que escucharlo a riesgo de pagar multas si se niega a hacerlo. Los e-mailes son por naturaleza y configuraciónes cibernéticas, mudos. Y por lo tanto no de mucha ayuda. Ni para Plácido ni para mi.

Y concluí entonces que de lo simple, mucho. Pero de lo complicado como la vida misma, nada.

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