Sin norte ni horizonte
La apocalipsis del medio ambiente y su consecuencia más actual, el brutal cambio de las condiciones climáticas en nuestro pobre planeta, me llevan a concluir que el egoísmo cortoplacista de las clases dominantes y sus siervos políticos, representados en cuanto foro internacional existe, no tiene limites. Gränslös, como se dice en sueco. Palabra cuya fisiología, acústica y evolución histórica la encuentro algo más apropiada en este contexto de martirio a la naturaleza que estamos sobreviviendo. Será porque la concepción sueca de respeto a la vida es justamente asi, gränslös.
Y pedirle a los señores de cuello y corbata que deciden por nosotros, o a los barónes fofos que rigen los asuntos económicos de pobres naciones secuestradas a sus pies que piensen en generaciónes venideras, es como tratar de hacer pasar un tren por el hoyo de un cerco de alambre. O como un ingenuo viaje hacia el sol.
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