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reflexiónes desde las cloacas

Día después del 30 de Abril

Día después del 30 de Abril

Foto tomada el Primero de Mayo de 1886, en Chicago

Hoy es Primero de Mayo, me dijo Pelle interrumpiendo mis anhelos de libertad infinita limitados por el techo de mi casa. Hmmm... le respondi y la burbuja de mi fantasia se rompió en mil pedazos. Y uno de mis sueños quedó colgando, justo cuando en mi imaginación iba a hacer el amor con la mujer que más amo, pero que no está a mi lado.

No te interésa este día? agregó con ironia y ya no tuve otra salida sino la de responder a sus preguntas obstinadas.
Será el primer día después del 30 de Abril? le contesté bostezando para provocar su inteligencia de ser humano conciente.
Y su respuesta no tardó en llegar:

El Día internacional de los trabajadores o Día internacional del trabajo o Primero de mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial, me dijo con acento de profesor tras la cátedra de sus conocimientos ilimitados. Hmmm....! le respondí, pues nada tenia que agregar al respecto. Y como dicen que el silencio aprueba, continuó con su diátraba blablableña de argumentos indiscutibles.

Qué los dioses del olimpo me protegan! pensé y dandome vueltas en el sillón mágico, me dispuese a aceptar lo inevitable.

Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago... Los Martes en Chicago?, lo interrumpí para joderle la vida, y su comedia de hombre sabio quedó descubierta como el rio Mapocho infectándo al Santiago adormecido.

Martes!? dijo irritádo y agregó furioso, pero a qué mierdas te estás refiriendo!? Hmmm...? le contesté y me arrepentí de haber cortado su inspiración.

Pues bien, señor cansádo! me gritó y continuó exasperádo, por si te interésa saber el Primero de Mayo es un homenaje a los ocho sindicalistas anarquistas, que fueron ajusticiados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de Mayo de 1886 en Chicago! remató Pelle exasperádo y golpeó con uno de sus puños la superficie de la mesa que soportaba nuestros vasos semibebidos de espumosa cerveza.

Hombre! le dije con ironia en mi voz, no te exáltes que me puede dar un atáque al corazón! Acercó su rostro al mio y y levantándo su dedo indice a la altura de mi nariz algo afectada por los efectos de una desagradable alergia de primavera, agregó con voz grave llena de conocimientos acumulados por su vida de intelectualote de salón.

Y por si no lo sabias, curiosamente – aunque no es raro que asi sea – en Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. Allí celebran el Labor Day el primer lunes de septiembre desde 1882 en una parada realizada en Nueva York y organizada por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés).

Ahaa! No me digas! le dije demostrando el poco interés que despertaba en mi toda esa mini lección de historia del Primero de Mayo, y estiré mi cansado cuerpo para tomar el generoso vaso de cerveza que estaba casi al alcance de mi mano.

Deja eso y escucha! dijo enfurecido por mi indiferencia intelectual, y corrió el vaso dejándolo fuera de mi radio de acción. Fue el presidente yanqui Grover Cleveland, el que auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos. Qué te parece eso!? gritó en forma ridícula y algo exagerada, para mi gusto.

Y nada dije pues mis pensamientos estaban aun ocupados en compaginar las imágenes del Primero de Mayo en Estocolmo, cuando mezclado entre jóvenes de la izquierda sueca, nos fuimos bailando al ritmo de melodias reggae por las calles centrales de la capital del reino hasta llegar al parque de Kungsträdgården, punto de reunión de nuestra parada alegre. Fue simplemente fantástico! Y sáben qué? Mi amigo Pelle se negó a participar de lo que el llamó de manera muy despreciativa como “circo rojo de conformistas izquerdosos”.

Y cuando estaba en una gran cola de gente con ganas de vaciar la vejiga, en uno de los restaurantes de “Kungsann”, una dáma de mediana edad que estaba antes que yo, se dió vuelta y me dijo en inglés con un marcado acento alemán que “Alemania está llena de baños públicos! Y aqui en Estocolmo hay que hacer cola para lograr meár!”. La cerveza no es la bebida oficial sueca, pensé decirle pero nada comenté, pues justamente en ese instánte de necesidades animales, le encontré razón.

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