CONTRAVERSO
Algunos perdieron la partida,
descuidos, contratiempos
tardes en que el amor,
repetía sus rituales
la lluvia sonaba como angustia
y tus ojos cansados
pensaban en la nada.
Me mirabas sin ver,
y yo corría,
por la calle sin sueños
buscando un jardín
para esconder mis miedos.
El hilo de tu voz
dejó vapor en los cristales:
- Somos de piedra
olfato, instinto
y a veces de rezongos
- No tenemos tiempo
ni para armar
nuestra querida inteligencia.
La noche esconde los recuerdos,
y no comprendo bien
si fuimos, si somos, o seremos,
o todas las formas, al mismo tiempo.
Tampoco sé si somos del Sur o el Norte
de arriba, abajo o del costado
nuestra barca navega en mar abierto,
siguiendo a la distancia
el misterio de cielos y de astros.
Si tu cielo, es mi cielo
ya hemos purgado demasiado,
transitar en tus venas,
en tu triste mirada,
donde el sudor y el llanto
se hagan mármol,
lápidas y epitafios sin memoria:
muriendo en el exilio de sí mismo,
por su continuidad en las mañanas.
Héctor Díaz (para todos)
Navidades del 2007
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