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reflexiónes desde las cloacas

Un acto de dignidad colectiva

Un acto de dignidad colectiva

 

Denunciar la situación de guerra sucia y Apartheid contra el pueblo Mapuche es un deber de todos y cada uno. La violencia inmoral y asesina del Estado contra el pueblo Mapuche debe terminar ahora.

 

POR JOSÉ VENTURELLI  

TEMUKO, PAÍS MAPUCHE  -  06 / 02 / 12

 
   
 
 
 
 
 
 
 

 

Hay que insistir en que Justicia sea hecha: El llamado de las más amplias organizaciones porque esto suceda ya, debe ser oído y transformado en bandera de justicia por todos. El oportunismo político lo evade. Los he visitado y nada justifica su condena: Estado y Gobierno se han coludido con los empresarios del despojo al terrorizarlos e impedir justicia. La acusación de ser causantes de los incendios, cuando estaban presos es simple estupidez y mentalidad dictatorial. Con ello reponían la Ley Anti-Terrorista que nunca derogaron y han seguido imponiendo.

Las condenas de los presos políticos mapuche resultaron de la colusión reaccionaria de los poderes políticos de Chile. La Constitución actual -ilegítima e inalterada de su esencia dictatorial- lo permite. La aceptación de que la "ley debe ser respetada por todos" es una estafa política y un atentado a la democracia más elemental. Los políticos que insisten en mantenerse como los testaferros del sistema político no quieren responder a las demandas y derechos de los pueblos de Chile. No será un sistema igual, con maquillaje algo deferente pero con la misma esencia el que resolverá nada.

Una Constitución del tipo actual llama a la respuesta lógica de desobediencia civil a estas manipulaciones. Parte de la agenda democrática y libertaria de Chile es la liberación de los presos mapuche, el respeto a los pueblos originarios y a sus derechos inalienables históricos, reconocidos por Naciones Unidas y pueblos del mundo. Entre las demandas a exigir, que incluya el respeto de autodeterminación y convivencia fraternal entre los pueblos de Chile, es el fin de la Constitución pinochetista y la formación de una Asamblea Constituyente que reconozca los derechos de todos y cada uno de los habitantes de este país. Y la libertad, justicia social, equidad y derechos fundamentales son inalienables.

En lo inmediato se debe derogar ahora la Ley Anti-Terrorista que se ha seguido usando contra el pueblo Mapuche y la oposición política sin justificación alguna. La mediocridad y mentiras usadas por el Gobierno deben terminar y derogar la ley es lo que debe ser hecho. Una Nueva Constitución deberá decidir sobre as formas democráticas de asegurar paz y seguridad y no la mentalidad represiva que generó y mantiene esta ley que el mundo entero repudia.

Denunciar la situación de guerra sucia y Apartheid contra el pueblo Mapuche es un deber de todos y cada uno. La violencia inmoral y asesina del Estado contra el pueblo Mapuche debe terminar ahora. Hemos visto la violencia repetida contra niños, mujeres, ancianos, comuneros, por todos lados. Se los asalta en sus casas, se usan bombas y se les dispara a mansalva y el gobierno y Estado pretenden que su silencio puede negar esa violencia criminal y, peor, acusar a las víctimas de lo que son auto-atentados de las forestales mismas, -de lo que ya hay antecedentes claros y con evidencia en el pasado reciente.

Las acusaciones irresponsables con las que se encubre el despojo permanente del pueblo Mapuche por parte de las forestales, los clanes de empresarios inmorales y apoyados en cada paso por las fuerzas represivas deben ser denunciados hasta que terminen totalmente. Sin justicia en Chile para el pueblo Mapuche nadie puede pensar de que existe justicia ni libertad para nadie.

Los juicios que se siguen haciendo son en ejemplo de prevaricación y de ausencia de dignidad por parte del aparato judicial chileno. Todos los niveles del Estado han participado en esta infamia: Gobiernos, Legisladores ineficientes y, de hecho, el Poder Judicial, con la Corte Suprema en primera fila, aprobaron estas injusticias y se solidarizan con el despojo y la represión.

Defender unidos la niñez mapuche es un deber de la sociedad entera. Esta unidad debe ser mirada como un paso hacia la Unidad que debemos tener para que termine este circo de "legalidad dictatorial" que legara Pinochet mismo y que la colusión política del Estado chileno mantiene y defiende con su represión permanente y creciente. Los más amplios sectores, trabajadores, estudiantes, se van uniendo en esta tarea fundamental para recuperar la dignidad de este país y de sus pueblos. La dictadura legalizada que existe, que no ha alterado en nada el sistema de inequidad y especulaciones económicas y pobreza, debe terminar. Y eso es tarea de todos.

 

* Vocero del Secretariado Europeo de la Comisión Ética Contra la Tortura - CECT-SE

 

 

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Guillermo Ortiz-Venegas ®

guillermo_suecia@hotmail.com

 

 

 

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