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reflexiónes desde las cloacas

Igualdad ante la ley?

(Visita también: Reflexiones desde las cloacas)

A menudo me pregunto que es peor, si los prejuicios existentes o la resaca de una noche bien regada

Christian Diesen, profesor universitario de Derecho Procesal de la universidad de Estocolmo, escribió en el matutino sueco “Dagens Nyheter” hace un tiempo atrás, un artículo de debáte en donde afirma que los ciudadanos extranjeros residentes en Suecia permanentemente son desfavorecidos en todas y cada una de las instancias del sistema judicial sueco.
Evidentemente esto no es nada nuevo sino algo que todo el mundo sospechaba, pero que cobra un nuevo cariz cuando es enunciado por un prestigioso experto en la materia. Porque no basta que mis propias opiniones al respecto sean expresadas por mi en discusiones de salón o como simples afirmaciones tiradas al viento, sino que tienen que ser legitimadas por un versado para que sean validas, políticamente correctas y aceptadas. Algo asi como el último beso a un moribundo en su lecho de muerte.

La igualdad ante la ley, afirma Diesen, pierde su vigencia dependiendo su aplicación de quién es el acusado, pero también depende del grupo social al cual pertenece: si es un director o un obrero, un hombre o una mujér, un sueco o un extranjero acusados del mismo delito, sus condenas van a variar.
Y las explicaciones a este fenómeno, continúa Diesen, pueden ser varias. En primer lugar encontramos la actitud de la policia quien está siempre tratando de ”resolver casos” con recursos cada vez más limitados (según Diesen) y optan entonces por concentrarse en los delitos o infracciones cometidas por los "forasteros"ya que se ha demostrado que es un grupo que tiene dificultades para conseguir una buena defensa a su favor, sobretodo en casos en que la palabra está contra la palabra, por ejemplo en los casos de maltratos, violación o amenazas.

Otra de las causas podria ser la toma de posición que el conjunto del aparato judicial, en forma conciente o inconciente, asume frente a un “no sueco”. Según Diesen en todas las sociedades existe la tendencia a favorizar a los nacionales en detrimento de los extranjeros y en donde las condenas y procesos judiciales estarian enraizadas en ese mismo principio de ser más duros con los foraneos.
Y otra de los motivos según este profesor universitario, podria estar también sujeto a la discriminación institucionalizada que existe en la sociedad sueca en contra de los inmigrantes en general quienes en este caso, son considerados como un grupo homogéneo. Estaria en su lugar entonces, propone Diesen en su artículo de debáte, que la sociedad sueca comience por reconocer esta situación existente y deje de pretender que en Suecia se aplica el principio de igualdad total ante la ley.

Diesen no deja de tener razón porque si yo me comporto de manera correcta en este, mi nuevo país nadie vendrá a darme palmaditas en la espalda y a decirme “Bien hecho, hombre! Has entendido como funcionan las cosas aqui!” Pero si a mi y bajo esas mismas premisas, de manera casual e imprudente se me ocurre orinar a la vuelta de la esquina después de una larga sesión de cervezas con mis amigos Pelle y Kalle inmediatamente haran su aparición como llamados por estridentes trompetas del Jucio Final un montón de comensales no invitados a mi solitario placer de vaciar la vegija: policias, periodistas, guardias ciudadanas y asistentes sociales los que sin aviso, me haran saber de manera poco amable cuan errado estoy al tratar de imitar el comportamiento de un can. Y con toda seguridad que hasta ciudadanos comúnes y corrientes me gritaran al pasar que “eso no se hace en Suecia, no lo has entendido aún!” mientras que fotógrafos bien pagados de la prensa oficial documentaran mi atentado contra la moral y las buenas costumbres sin adjuntar ni un solo comentario sobre mis necesidades urinarias del momento. A lo más tal vez, una foto mia con los pantalones abajo y culo al aire rodeado de un montón de fuertes y bienentrenados policias tipo hard cops sacados de una producción de Hollywood, bajo el texto de “Cree usted que la policia actuó en forma correcta? Envíe su voto a través de un SMS o via e-mail!”

Uno que otro ciudadano con varias copas en su cuerpo también me diria el oido (para que la policia no lo acuse de cómplice) que no me preocupe y que yo soy un buen tipo.
Mi pregunta es, seguirá pensando lo mismo cuando se le disipe la borrachera? O para parafrasear a Louis Armstrong de manera un tanto irónica: What a wonderfull world

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