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Comunión de principios?

Comunión de principios?

(Visita también: Azkintuwe. Periódico mapuche)

El racismo estructural

Las iniciativas racistas del partido de los ”Moderados” y de la socialdemocracia sueca, favorece al partido ultraderechista y neo-nazi, ”Los demócratas de Suecia”.
Lo que sucede hoy día en la política sueca, es una pavorosa repetición de la política contingente en este país, de los años 90 y la era del partido ultraconservador y neo-nazi ”Nueva Democracia” que logró representación en el parlamento sueco, pero que murió por si solo a finales de esa misma década.

En la actualidad, los partidos políticos parlamentarios y establecidos hacen suyos los puntos de vista generales de ”Los demócratas de Suecia”, en que la inmigración por si misma seria un problema, y que los inmigrantes son una gran parte del mismo, en vez de considerar a cada individuo por lo que es, con sus condiciones específicas, sus problemas personales, pero también con sus lados positivos, sus recursos intelectuales y sus objetivos en la vida. Ese punto de vista es en el fondo racista, porque agrupa a los ciudadanos de este país entre ”nosotros” (los suecos), y ”ellos” (los inmigrantes), sin considerar a los individuos como tales tras esas denominaciónes.

A menudo se acentúa en debátes públicos, el fracaso de la política de inmigración sueca, pero muy pocas veces se analiza el motivo, o el porqué. La simplificación de este análisis apunta más que nada a la cantidad de inmigrantes en este país y a la exigencia de limitar su presencia en la vida social sueca, pero sobretodo a que no vivan en un mismo lugar.

Y de acuerdo a este postulado, proponen tanto los Moderados como los socialdemocratas, una limitación a los inmigrantes de elegir en que lugar de Suecia se quieren establecer. Conclusión algo extraña si se considera que uno de los principales factores para poder integrarse en la sociedad – al márgen de si se trata de un extranjero o un sueco – es la red social que cada individuo crea a su alrededor y en la cual confia, para lograr un trabájo, un buen consejo para estudiar, o alguien que cuide a sus niños cuando asi es necesario. Entender esto y las dificultades que se presentan cuando alguien emigra a otro país, apunta justamente a que a menudo los inmigrantes no tienen esa red de protección social, tan normal y natural para cualquier ciudadáno nacido en este país.

Por otro lado, se podria uno preguntar cuáles son los criterios que decidiran quién o quiénes son los que tendrian el derecho a vivir en regiónes atractivas como Estocolmo, por ejemplo. Aumentarian esos derechos, si se tiene un diploma universitario? Y en ese caso, se le negará el derecho a establecerse en las grandes ciudades a los ciudadanos suecos que no tienen exámenes académicos? Algo en qué meditar.

Lo que tanto socialdemocratas como “moderados” - cuando se trata del tema de la integración - han elegido, es el no considerar en sus postulados políticos que la política contingente sueca es en si estructuralmente racista. Y que es esta la que detiene a los inmigrantes en su entrada al mercado de trabájo, o a la posibilidad de una vivienda digna, para lograr de esa manera “ser una parte” de la sociedad.

Y si se quiere erradicar el racismo estructural de la sociedad sueca, hay que comenzar por investigar y documentar la discriminación en todos sus niveles. Cuestionar la forma de contratos de trabájo, influir en el Estado de Derecho y en la policia. Pero sobretodo, contribuir a cambiar las bases de los llamados principios democráticos.

El racismo estructural es producto de una visión prejuiciosa y generalizadora en la sociedad, pero también un síntoma de una concepción racista existente en la misma sociedad en que se engendra. Exactamente el punto de vista que se está legitimando, en la arena política de este último tiempo en Suecia.

Desde hace ya un buen tiempo atrás, el partido de Los Moderados ha elegido minuiciosamente a los grupos más desprotegidos como chivos expiatorios. Los cesantes y los que, aún teniendo trabájo están de baja un periodo largo por enfermedad, han sido culpados por la situación precaria en que se encuentra la economía actuál sueca. En vez de concentrarse en investigar y castigar a los que eluden pagar impuestos, a menudo “financistas” millonarios del mundo económico sueco.

Las exigencias salariales de todos los que tienen menos recursos en esta sociedad, se cuestionan o se ponen en tela de jucio, mientras que los miles de millónes de ganancia de las firmas y empresas capitalistas, son consideradas como prueba de ”éxito y estabilidad”.
Hacer suyo el punto de vista del partido neo-nazi ”Los demócratas de Suecia” de presentar a los inmigrantes como chivos expiatorios es, dentro de esta perspectiva, una continuación natural del racismo estructural. Y es profundamente alarmante que la socialdemocracia se suba a ese mismo carro, pues no hacen más que dificultar las posibilidades de una política alternativa real.

En las grandes ciudades, como Estocolmo por ejemplo, vemos una segregación profunda que separa a sus ciudadanos de acuerdo al estrato social al cual pertenecen o, de acuerdo a sus entradas económicas. Enormes diferencias existen entre distintos barrios y sectores de Estocolmo y en su provincia.
Tenemos entonces que combatir esas diferencias, a través de proposiciónes políticas constructivas que ayuden a mejorar la vida cotidiana de sus ciudadanos.
Deberiamos concentrarnos entonces en construir una sociedad en donde todos sus integrantes tengan los mismos derechos, y sean considerados desde un mismo punto de vista.
Porque cuando estos convencimientos comienzan a debilitarse, es entonces cuando los partidos políticos racistas ganan terreno en la vida política sueca.

Pia Ortiz-Venegas

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