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reflexiónes desde las cloacas

Sistema antifuncional disfuncional

Sistema antifuncional disfuncional

La palabra antifuncional no existe en el diccionario de la Real Academia Española, le dije a Pelle cuando nos juntamos en una agradable cafeteria en la zona sur del Gran Estocolmo.Usa entonces el termino disfuncional y entenderás lo que te quize comunicar hace unos días atrás, contestó Pelle con una indiferencia algo arrogante que logró irritarme, y haciendo una elegante seña con su mano enguantada, llamó al camarero y comandó un par de caffe latte. 

Vamos viendo, dijo mientras probaba con labios estirados, la infusión ardiente que nos sirvieron. La palabra anti significa “opuesto” o “con propiedades contrarias”. Por otro lado funcional, se dice de todo aquello en cuyo diseño u organización se ha atendido, sobre todo, a la facilidad, utilidad y comodidad de su empleo. Por consecuencia entonces, antifuncional deberia significar algo que no es ni facil, ni util ni cómodo. Algo asi como la testa de un arribista, le dije y sali a fumarme un cigarrillo. Pelle me miró con algo de curiosidad y contestó con una sonrisa irónica, si! algo asi, y continuó desarrollándo su teoria. 

Disfunción por otra parte es un desarreglo en el funcionamiento de algo, o en la función que le corresponde. O una alteración cuantitativa o cualitativa de una función orgánica.

Es decir, coincide exactamente con la descripción del cerebro de un parásito arribista, le dije y rompi a reir. O con el de las confundidas crónicas, agregué entre toces y sorbos de café sabroso.No me interrumpas, dijo Pelle algo molesto por mis comentarios y continuó. El concepto sistema es descrito como conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente entrelazados entre sí. Un sistema disfuncional es entonces un sistema que no funciona, lo cual le dá un contenido al mensáje escrito en una de las paredes de Estocolmo y cuyas raíces son abiertamente anarquistas y por lo tanto, libertarias. 

Y mientras la noche caía sobre la capital del reino, nos sumimos cada uno en sus pensamientos intentando encontrar la funcionalidad del café que saboreabamos y de los cigarrillos que consumiamos. Tal vez no existia, pero si una agradable sensación de satisfacción que, disfuncional o antifuncional, nos ayudaba a sobrevivir. 


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