Pensamientos desde el silencio
Nuevamente cae implacable el atardecer, y con el, el sofocante calor. Y el silencio, que aunque no es tan callado como el de Salem, en Mosshagestigen, ni el de Estocolmo, de vehiculos y transeúntes silentes, es lo unico que escucho... silencio!
Y cae la tarde, y yo continúo sin pronunciar palabra alguna, y cuando la noche espanta mi sueño, vuelvo a mi realidad y advierto la soledad. No hay nadie en la otra habitacion, ni tampoco en mi cama de sábanas semiplanchadas por falta de compañia.
Nadie a quien observar, criticar, corregir. Nadie con quien llorar, reir, discutir, o simplemente amar. Y que más queda por hacer, al final de otro absurdo dia? Sino fumar unos cuantos cigarrillos, beber una helada cerveza de cuando en cuando, o en el mejor de los casos, entretenerme contemplando el afiche negro-amarillo que pegué en la entrada de mi desganada habitación, y en el que se puede leer Cuidado, el machismo mata! para de ese modo callar el estremecedor silencio de mis pensamientos!
Mas pronto todo llegará a su fin, para bien o para mal...
Tania Ortiz
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