Y donde está el desayuno? preguntó y al no obtener respuesta porque esa interrogante siempre queda colgando en el aire cuando el desayuno no existe, golpeó para intentar sacar del cuerpo de su mujer las preguntas que el sabia no podrian ser respondidas. El desayuno nunca llegó, porque en su ira de no tener café matinal le rompió la cabeza y también el alma.
Me pregunto si no habrá que comenzar a enseñarles a los alumnos masculinos en las escuelas, que un pedazo de pan untado en mantequilla y una taza de liquido negro y cálido, no vale más que una vida y que si la necesidad no se los impide, pueden ellos mismos - machitos unidos - servirse el desayuno, el almuerzo y la cena sin necesidad de asesinar al prójimo femenino si no lo pueden lograr por sus propios medios.
Up against the wall, mother fucker!
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