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reflexiónes desde las cloacas

Sopaipillas a la once

Sopaipillas a la once

”Su Majestad! El pueblo pide pan!”

”Pan? Que raro…Denles tortas! Y fue lo ultimo que dijo, antes de que su cabeza quedase sin cuerpo. 

La muerte de un policia en servicio hace unas cuantas semanas atras, destapó una vieja polemica en la sociedad sueca, respecto a cómo y qué hacer ante situaciones como estas. Y la verdad es que a mi poco me importa cuales fueron las conclusiones a las que llegaron.

Un policia muerto, es un buen policia! dicen algunos. Yo no creo en ese argumento! El estado tiene la responsabilidad de garantizarle a todos sus miembros una vida tranquila, a traves de un trabajo digno, a un apoyo si es necesario, y a una jubilación adecuada.  

Pero de qué mierdas estas hablando? me dijo Pelle y se sentó en el sillón vacio de su departamento poco amoblado.

Te atemoriza la palabra estado? le pregunté con ironia suave. Y le recordé que él no era más que un “pensionado por asuntos de enfermedad”, en la vida que aun le quedaba. Y que a lo mejor su opinion no era más que un pequeño escupo, en el gran oceano del prejuicio social, de que todos los enfermos tienen que ser sanos, para producir objetos de consumo baratos y en realización. Para llenar los hogares como los tuyos y los mios, de baratijas sin sentido.

Y si la Caja de Seguros Estatales te pregunta que cómo te llamas, pues dile que XAM. Y agregale ademas, que dejastes esta vida por falta de instrucción necesaria en la sociedad que te explotó.
 


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