Blogia
reflexiónes desde las cloacas

Benito

Benito

O  el sueño de un único zapato

Me acuerdo Benito,

al comienzo, el camino,

tierra y niebla, pedregullín de a ratos,

cántoros huelguístas, ranchitos pobres,

y yo con un zapato, Benito

y tú con un zapato,

el otro pié descalzo.

Te acuerdas Benito?

 

Desayunabamos inocencia, Benito

Confianza en el astro de todos los días,

del algún lado, Benito! De algún lado venimos

y para algún lado vamos, Benito...

 

A veces, con un solo zapato

arrastrando la historia de la suela,

la nostalgia a la vuelta del recodo,

el miedo al porvenir, Benito

al bosque aquel de cipreses soñandos,

y ese sólido saludo, Benito

de árboles sin pájaros.

 

Intacto, Benito! Intacto en la memoria

recuerdo de un paisaje desolado Benito,

y tú conmigo y yo contigo

con un solo zapato.

A lo largo del camino, Benito

la línea a veces negra, a veces policroma

de un horizonte ido.

Geografía Benito! la tierra ancha, lugares ajenos,

los secretos de otras lenguas, Benito

un viaje con la mente,

la fantasia en ristre,

la intención de entender,

el hombre nuevo,

que no es más que el pasado,

renovado y lejano.

 

Recuerdo tus palabras, Benito...

Ya existía el verbo de tus labios

"estas cosas del proseo,

del camino, del mismo cielo,

la tristeza de no saber.  ¿ A dónde ?

¿ Cómo ? Voy y vengo"

Recuerdo tus palabras, Benito

 

El camino es tan largo,

que si no se nos termina

con los años,

giraremos en redondo

y seremos amigos,

por eso del zapato.

 

 

Quizás por lo venido,

me acuerdo Benito,

se nos cruzo ese río,

ni ancho ni grosero,

un simple río.

Nos fueron  del camino,

fué antes del amor,

cuando aún se es niño, Benito

 

Y en la balsa nos deslizabamos,

naufragos de nosotros mismos!

Se nos cruzaron los dioses benditos...

Los de la tierra,

los inmortales del cielo,

los dueños de los bosques,

de las ninfas, de las noches,

del miedo

Y tú y yo, agarrados a un único zapato

 

Se cruzaron los puentes, Benito!

El puente Alto y el puente Bajo

El del poder, la guardia, el burgo,

la banca legal, la clandestina,

los dueños de verdades escritas,

los libros sacrosantos.

El libro de la tierra, el de los reinos...

Las guerras Benito, ya existían

antes que tú y yo anduvieramos, disputando

un único zapato.

 

Desde la roca de la playa

nos gritaba, Benito

soeces las palabras,

!Inseguros, bohemios, desclasados!

Nosotros batíamos el remo,

eramos inmortales Benito

No existía el tiempo,

Ni la diosa de la muerte,

o el dios de los infiernos

No nos habían inundado,

con sus odios, sus torturas,

hierros candentes,

con sus miedos.

 

Y nos gritaban Benito! Nos gritaban!

Que el amor era posible

Que si en alguna parte rala

de la confinaria geografia,

muere alguién a quién no conocemos,

Benito! Muere un hermano...

 

No importa Benito

No pensaba como nosotros

Un proyecto frustrado, Benito...

 

No es bueno andar con un zapato solo

explicando la libertad con restricciones Benito

Los demócratas no nacen de almácigo

y la humanidad tiene dos pies, Benito

Quieren tener dos zapatos,

uno izquierdo y otro de derecha Benito

de acuerdo a la lluvia, el viento,

o la época del año.

 

Y no hay diploma de demócrata, Benito

 

Y la gente se sube al carro

Recuerdas Benito, cuando llego el amor?

Te enojaste conmigo y era tibio el verano

El río se había entretenido en una playa,

"La pecosa me mira", susurrastes Benito

 

Prestame tu zapato!

Las formas son las formas,

y mis pies no son muy agraciados

La pecosa es un guiño, un apuro

Juventud, necesidad, ganas de dar,

de compartir,

y yo preciso dos zapatos.

 

Dos suspiros, dos horas,

con la pecosa en ese prado,

a tí no te va a hacer mucho

estas acostumbrado,

quedarte dos horas sin zapatos.

Lo recuerdo Benito, nació el amor,

Tan de improviso, intransiguente,

aventurero, irresponsable

Que te dí mi zapato.

Después lo de siempre,

Seguimos remando al otro continente,

fuímos vocacionalmente pasotas,

sin destino Benito

que no existe  mas allá de la muerte.

 

Mira, Benito! Estamos lejos

esto de estar migrando,

y lo más malo, es que nunca nos fuímos!

Siempre estamos regresando, Benito.

 

Somos muy pobres, Benito...

Moriremos anónimos

ahora que se acerca La Parca, por eso de los años

Moriremos descalzos!

Yo quiero mi zapato,

en mi cajón de madera común,

simple tablilla, Benito

 

Tú escondes mi zapato

una historia de pasos desiguales

unos caminos de barro y agua,

unas ideas de sueños trasnochados.

Una filosofia sobre las estrellas y el abismo,

que hace el fondo cuando nosotros lo miramos.

 

Benito, si a tí te toca antes

Yo te acomodo tu zapato!

El aroma de la pecosa,

la mejor edad de los tomates,

Y el respeto de esos momentos

Aunque bien que me reía,

cuando te ponías los dos zapatos...

 

Benito, que decirte

metamorfosis Benito!

La existencia se aburre,

se transforma

El ronroneo verde de los ojos del gato,

un malvón

soportando el rigor del verano, Benito...

 

Nnosotros revisando el camino a la muerte...

La nostalgia Benito!

Que alguna vez fue pecado.

Te acuerdas Benito?

Querías casamiento

el té a las dos,

una mesa de nácar,

un tablero caoba,

piezas de ajedrez,

marfil color blanco,

dos libros, uno negro

el otro blanco,

un hilillo dorado en el costado,

una ilusión, un sueño

la pluma, tinta azul

para escribir la historia

de un único zapato.

 

Héctor Díaz

 

22 de Junio del 2007.

.



Comentarios

0 comentarios