Desnutrición por desinterés
Según un informe presentado por la organización francesa Médicos sin fronteras (Medecins sans frontieres), la desnutrición infantil seria muy fácil de combatir, si no fuese porque es un problema que no lláma suficientemente la atención en los foros internacionales, relativos a la salúd.
Imaginense por un instánte que 60 millónes de niños sufren de desnutrición aguda, en todo el mundo. Horrible! dirá todo el que se entere de estas cifras, pero es la cruda realidad. Cada año mueren millónes y millónes de niños menores de cinco años, como consecuencia directa de la desnutrición. Situación que es inaceptable no solo desde un punto de vista humanitario, sino también médico, porque la desnutrición es un problema erradicable. Según Dan Sermand, secretario general de los Médicos sin fronteras, el enorme desarrollo científico dentro de este terreno, ha logrado desarrollar productos listos para ser utilizados como solución contra la desnutrición. Y a diferencia de otros productos anteriores, estos más recientes no requieren ni siquiera ser diluidos en agua - que a menudo está contaminada - para ser consumidos. Y además cuentan con la ventaja de poder ser distribuidos de manera simple, en pequeñas bolsas esterilizadas y directamente a los domicilios de todos aquellos que las requieran sin tener necesidad de ser internados en clínicas especiales para tal efecto. Y por supuesto, bajo continuo control médico.
Este nuevo concepto se ha comenzado a utilizar a pequeña escala en algunos países africanos, y dado sus exceléntes resultados, se podria suponer que todo apuntaria a una masiva inversión económica en este terreno. Pero la masificación de este producto, atenta directamente los interéses económicos de las transnacionales de la farmacología y el hacerlos accesibles a todo el mundo, no es algo que les interese demasiado. Y es aqui entonces que el rol de los distintos gobiernos de los asi llamádos países ricos, cobra importancia. Los métodos para desarrollar estos simples productos deben ser estandarizados para que esten en manos de todas las naciones que los necesiten, sin necesidad de pagar carísimas licencias para lograrlo.
Si solo existise la voluntad política de llevar a cabo este proyecto, la desnutrición infantil y sus consecuencias, pasarian rapidamente a la historia de los hechos vergonzosos pero, reparables.
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