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reflexiónes desde las cloacas

Soledad de Año Nuevo

Soledad de Año Nuevo

  

(Cuadro de Tania Ortiz)

Y  bien, por fin acabó un año lleno de conflictos y muy atípico.

Volvi a la soledad de mi casa, a cambiar el corto y ligero vestido por algo más adecuado y cómodo para la ocasión. Puse en mi mochila una botella de cerveza, unos cuantos cigarros, tres paquetes de papas fritas, un encendedor, la cámara fotográfica, la reliquia de celular que conseguí, un vaso....y un rollo de papel higénico. Tenia la certeza de que lo iba a necesitar!

  

Y asi, con mi pequeño arsenal, inicie mi nocturna caminata hacia lo desconocido, ya que hasta la noche de ayer, la última noche del año viejo, jamás habia puesto un pie en ese lugar. No sabia donde quedaba, ni como llegar. Sólo un buen dato...¡¡queda lejos!!  Cuidate! dijo alguna voz en mis oidos. Hay que temerle a los vivos, y no a los muertos, le respondi y sali rumbo al cementerio.

   

Luego de alrededor de 50 minutos, con mi inseparable mochila negra al hombro, comencé a preguntar a las familias que por alli  pasaban y asi, caminando y preguntando, llegué por fin a mi destino. Ya era casi medianoche y todo  estaba lleno de vida, música, vehiculos, gente a montónes. Y yo, cuyo unico propósito era matar esa noche! Y en ese momento comencé a entender mis insólitos deseos de pasar estos ultimos minutos en tal particular locación.

  

Estaba asisitiendo a un funeral! Al funeral del maldito año que ya estaba quedando atrás y tuve frente a mis ojos el umbral que divide el mundo de los vivos de los no vivos, que no dude en cruzar. Y apenas transpasé esos limites... comencé a llorar!

  

Mas todavia no sé bien porqué. A lo mejor fueron la paz y tranquilidad que ese pedazo de tierra me entregó en ese momento, y que hacia ya tiempo no sentia, provocando esa instantánea reacción en mi. Y continué caminando, esta vez en compañia de familias completas, con bebés y coches incluidos, que parecian buscar a alguien ya inexistente y perdido entre las cruces, flores, monumentos y velas que ornamentaban el recinto. Y yo, yo tampoco tenia nadie a quien encontrar alli!

  

Y me vi sola entre los vivos, y tambien entre los muertos. Y continué mi llanto, mientras buscaba alguna tumba obscura, tranquila y abandonada donde descansar. Poco demore en conseguirlo.Era la tumba de una familia Sánchez Vergara, y no sin antes"pedirles permiso para hacerles compañia"(ritual que crei merecian por el respeto a sus vidas ya extintas, aun cuando los muertos, muertos son!), tome posición en el lugar, saqué la botella, el vaso, las papas, y sin detener mis llantos, me puse a fumar.

  

A pocos metros de mi, una familia hacia lo suyo. Felices, alborotados pero respetuosos,  esperaban con alegría el minuto 0. De fondo se podia escuchar la cuenta regresiva que por parlantes emanaba desde los faldeos del balneario Río Claro, lugar donde cada año se lanzan fuegos de artificio, y recinto tipico y popular para esperar este evento, y que solo es separado del cementerio por un limite bordeado de grandes arboles. Conque creo que a pesar de todo, habia encontrado una buena ubicación, para contemplar el espectaculo, que poco o nada me interesaba observar.

  3… 2... 1… Feliz año nuevo!!!! alcancé a oir antes de continuar llorando esta vez con mayor intensidad que antes.

La canción nacional se escuchaba de fondo, gritos de alegria reventaban fuertes por todo mi alrededor, la sirena de bomberos, que no hizo otra cosa por su sonido bastante similar, más  que recordarme las alarmas que cada primer lunes, o domingo? de cada més se escuchan en Suecia.

  Abrazos, abrazos y más abrazos! Y la oscuridad de esta cálida noche, de pronto se iluminó  con los fuegos de artificio, y luego de algunos segundos se dejó sentir en toda la ciudad, el estremecedor estallido de los fuegos voladores que lentamente comenzaban a caer.

Y asi una y otra vez durante media hora, y entre champañazos, luces, más abrazos, y aves que poco entendian de celebraciones, y que con tanto aparataje se vieron obligadas a abandonar el luga, me encontraba yo, junto  a aquella funebre y desconocida compañia. Y brindé por él o por ella, nunca lo supe. Feliz cumpleaños madre tierra! y aquella noche, y entremedio de tanta gente, nadie me logró escuchar, y tampoco hubo nadie a quien abrazar.

  

La soledad y el abandono se hicieron presente con toda su frialdad, y continue llorando mientras acercaba el vaso a mi boca. Y creo que unas cuantas lágrimas cayeron en la cerveza, haciendo de aquel trago el más amargo de mi vida. Y lloré, llore como un bebé. Desconsolada, desamparada, decepcionada... Aquella noche fue solo mia, y fui derramando lentamente y gota a gota, todas mis agonizantes angustias, y los recorde a todos! Como en una fuga de sinopsis de algun añejo guión ya perdido por los años.

 

 

 

Y llegó el primer gran brindis!!! que fue por todos los que algun día se cruzaron por mi camino. Los que fueron, que hoy ya no lo son y que no lo volveran a ser jamás. Luego de un sollozante respiro, brindé por segunda vez. Esta vez por todos los que son, pero que no estan. Por mis niños, y por aquellos tristes e indisolubles lazos genéticos que me unen a ciertas personas, y que creo reciben el  nombre de "familiares".

  

Y luego, el tercero, el más profundo, que llegó luego de alzar mi vista al luminoso y limpio cielo. Por esos seres que existen, pero que tampoco estan, y prounciando tu nombre volvi a llorar. Y asi lo hice por casi una hora, y durante ese tiempo, ni un solo buen deseo logre oir despacito en mi oido. Tampoco el tuyo.

  

Minutos mas tarde, y tratando de controlar mis insistentes lágrimas, tuve respuesta de porqué  elegí ese insolito lugar. Y tuve muchas otras alternativas pero todas estaban relacionadas a celebrar bailando y bebiendo. Y qué tenia que celebrar yo????? Nada! Absolutamente nada!!! Solo queria matar rapidamente y sin piedad, las horas ya pasadas, dejandolas profundamente enterradas en aquel lugar.

Hoy, y luego de despertar como siempre a las 7:00 am, y despues de terminado el aseo y mi almuerzo, me dispuse a comprar mi primer cigarro y no encontre nada abierto. Eran recien las 10:00 de la mañana y que culpa tiene el resto del mundo de mi madrugador despertar  pensé, y regresé a casa con las manos vacias, pero extrañamente feliz y tranquila. Hacia ya tanto tiempo que no me sentia asi, que hasta me parecio anormal.

Tal vez era eso lo que necesitaba… llorar, llorar y llorar!

Tania Ortiz
 

1 de enero del 2008 


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