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Las interpretaciónes de lo que está sucediendo en Gaza, aparecen con la velocidad de un rayo.
Para unos es Hamas el culpable de la masacre de su propio pueblo, mientras que para otros es la ocupación israelí la causante de este genocidio contra el pueblo palestino. En tanto que para otros todo esto es producto de la “irracionalidad” conque unos y otros intentan despejar sus propias dudas “existenciales”. Otros piensan que este es un problema sin solución que se prolongará por la eternidad, como herida crónica en la política internacional, mientras que para otros otros, es este un conflicto local que debe ser solucionado por las partes en disputa. Mas cómo!?... No está especificado en esa teoria. Mientras que para otros es este un problema internacional que le acontece a todas las naciones del mundo.
Para cuartos o quintos, es todo esto nada más que una reacción en cadena que solo crece y crece, cuyo final está descrito en el Talmúd de la diáspora de los judios desde Egipto. En el exilio de Jesús al monte Sinaí de los cristianos, pero también en la idea que si Mohammed musulmán no va al monte, el monte vendrá a Mohammed.

Yo, pro-palestino consecuente, pero conciente también de la necesidad histórica de un estado israelí, estoy cansado ya de cantar melodias multifónicas ante una opinión mundial que solo acepta las voces monolíticas de un solo coro: el de las toces quejumbrosas y afónicas de las Naciones Unidas dirigidas por la batuta yanqui, con una pizca de tonos baritonos impotentes de la mal parida Unión Europea, en apoyo israelí.

Y como mi voz de protesta se pierde entre toda esa maraña de lianas de bosques salvajes y primitivos que cuelgan de la conciencia determinada por politicas al servicio del mejor postor, opto por ofrecerle la palabra a la Historia. La cual miente no solo cuando la censura oficial asi la obliga, sino también cuando a riesgo de ser fusilada y enterrada en oscuros cementerios clandestinos, es callada por obligaciones patrioticas, regionales, clericales, monetarias y sexuáles.
Viva Palestina!

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