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reflexiónes desde las cloacas

Diario de vida incómodo

Diario de vida incómodo

(Visita también: Palestina)


En Macondo, ciudad de tuertos y sordos, ciegos y mudos, calvos y pelucones, cojos y amputados, gordos y flacos, pudientes y arribistas, todos sus habitantes han tomado por costumbre el eructar al aire alientos de ajos arrancados de la tierra por manos desesperádas. Eructos egoistas, pero entendibles, de cebollas rancias rescatadas de basureros municipales, de papas fermentadas por el calor humano de miles de manos que intentan atraparlas antes que se transformen en oscuras manchas en la tierra que les dió vida, para mostrarle a sus vecinos que ellos también tuvieron algo que hecharle al buche ese día, después de siglos y siglos de hambrunas y sequías acompañadas de miles y miles de amaneceres de ayunos.

En China las autoridades de la provincia de Shangai, han ordenado a sus pobladores que no salgan más a las calles o plazas de la ciudad vestidos con pijamas. Fenómeno muy usual, utilizado para demostrar que si bien se duerme apretujado en vestimentas incomodas pero lujosas, y no en cómodos y amplios harapos miserables, es muy utilizado para separar aguas entre los que tienen un poco, y los que no tienen nada.

A la policia griega se le acabaron los cartuchos de bombas lacrimógenas, como producto del ardúo trabájo en que estan empeñados para garantizar una Feliz Navidad a los dioses del Olimpo actuál, lo cual le exige recursos técnicos extras.
Con código de “urgente y sin demora”, han enviado entonces un fax al estado de Israél, el cuál presentó un curriculum internacional impecable en el uso de medios persuativos, para amansar y hacer dócil a fuerza de masacres, bombardeos, ocupaciones y enseñanzas financiadas por el estado del Talmud, al indómito pueblo palestino.

El avance israelí en esta materia es muy bien valorado en el mundo entero. No menos en un país largo y flaco del cono sur latinoamericáno, en donde la policia hace todo lo que puede por lograr prestigio internacional que le permita estar entre los primeros en la materia, para lo cual usa toda su capacidad técnica e intelectual (?) en la neo-pacificación de la Araucanía en que está empeñada la Señora Célebre de ese país.

Y la pedofilia internacional establecida está muy acongojada, luego que la niña Nujood Ali de tan solo diez años de edad del Jémen, logró el ”divorcio” de su violento marido creando asi un peligrosísimo precedente que – al menos asi se espera – afectará a futuro, las actividades pediastras amparadas por la ley de muchos países del planeta.

”Sábes quién fue el primer presidente de Chile?” me preguntó Pelle de improviso y vi negras nubes formarse en el horizonte ya oscuro del cielo escandinavo. Porque como de costumbre, atacó por mi flanco más débil: mi desconocimiento capital de la historia del país en donde naci.
”Condorito…?” le dije algo inseguro
”Condo… qué!?” gritó azorado y las negras nubes se transformaron de súbito en tornado furioso.

Me puse el impermeable algo pasado de moda que heredé de un vecino que transitó a mejor vida, y cuya viuda creyó conveniente regarmelo a mi. Introduje mis pies endurecidos de tanto roce con la tierra, en calzados de goma de esos que llegan hasta casi las rodillas como ridículas botas bien lustradas, de milicos de parada con guantes blancos y fusil mauser al hombro.

Embutí un sombrero algo extravagante por su rareza y forma, en mi cabezota de ideas despeinadas, abrí el paraguas número ciento y tantos que habia encontrado en un paradero de búses, y esperé con impaciencia que llegáse el taxi que me vendria a buscar para llevárme de cabeza y algo acorralado, a bailar unos cuantos tangos en lo del turco Simón.

Lugar quedánte a veinte minutos calle abajo y sin traspiés, para llegando a la funeraria del flaco “Manguera”, doblar a la izquierda y a medio andar escaleras abajo, seguir nomás los sonidos quejumbrosos de un bandoneón que chilla, por haber pasado toda su vida acompañando tragedias de bailes rioplatenses de parejas enlazadas de forma musical binaria, compás de dos por cuatro, y torturas estatales sin remuneración retroactiva.

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