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reflexiónes desde las cloacas

Poema de los agradecimientos

Poema de los agradecimientos

(Visita también: Héctor Díaz)

Con el último canto del cisne aproximado,
de la mano del viento tramontano,
un granito de arena peregrino,
que quiere agradecer a los caminos,
la sencillez aventurera,
intranscendente hecho casual
de haber nacido.

Agradecer quisiera,
a mi padre, con su vaso de vino,
a mi madre, con su amor
a toda prueba,
a la noche que los juntó
en anhelos y horabuena,
que ayudaron a que yo naciera.

Revolución de los silencios ,
el pensamiento sucumbe en la memoria,
agradezco a don Heráclito ,
de no bañarse dos veces en el mismo río.
Dar gracias también a la mañana,
en que ví volar a la torcaza ,
y desparrarmase los colores,
en el cielo arcoiris de mariposas que volaban.
A la metáfora agradecer quisiera,
que se deja crecer entre las almas
procurando ir mas allá de la distancia,
que limita toda grandeza humana.

Agradecer quisiera,
a la milonga que recorrió la calle,
a la baldosa dada vuelta,
al pétalo de la rosa roja
que desafió la primavera
y no da otra cosa que su aroma
en esa vida de lontananza queda.
Agradecer quisiera
a Hermes alado, por sus pies ligeros,
a Afrodita, por proteger el amor
a Paris por “ secuestrar ” la bella Helena,
a Homero, por no saber lo que escribía ,
a Penélope por tejer su manto largo,
a Argos por menear la cola.

A Sancho por reflejarse en la locura
del caballero andante con su equino,
a Rocinante por ser caballo de primera,
a los monstruos transformados en molinos,
a don Quijote quisiera agradecer
por liberar los cacos que a galera iban.
Agradecer también quisiera,
a don don Samuel L. Clemens,
al Elefante Blanco y a Tom Swayer,
al Missisippi de geografía larga,
a los negros y al jazz
a la lucha por la libertad
de la América Latina.
Agradecer quisiera
a l farol de la esquina,
donde Juan de la calle,
recitaba los versos de Machado,
renegaba del dios de los cristianos,
se subía al potro de don Fierro
por vivir el malón del desgraciado.

A Paysandú, por pelearse con un mundo
a Pascal con su círculo luchando,
a don Giordano Bruno por su osadía,
al mariscal Solano López,
en busca de una América distinta .

Agradecer quisiera ,
a Frida Kalo por su desafío,
trascendentes cromos al espacio,
agarrados a México la tierra ,
con un Flores Magón que daba lata,
y a Zapata en la lucha por la tierra.
A un gigante del sur,
el viejo Artigas,
que no cedió terreno, en su osadía ;
la “ Patria grande y federada ”
de indios chuzos de boleadoras y lanzas.

También agradecer quisiera,
a la noche por sus misterios manifiestos,
a los gatos por su avanzada independencia ,
a los rincones imprevistos donde juega el amor,
a la luna conspirando detrás de las cortinas,
a la lluvia, por ayudar a los poetas
a las piedras al costado del camino
a los nidos de horneros
por recordarnos el comienzo.

A Simbad el Marino
por decorar mi infancia,
y las “ Mil y una noche ”
por prolongar el silencio,
a la princesa, que no termina el cuento,
al ajedrez y al hombre que pensaba ,
al grano duplicado
en los sesenta y cuatro cuadrados
del tablero.

A don Pedro Bonifacio,
Alma Fuerte de arrebato,
enseñando la justicia
en versos cuadriculados,
a los ríos, que son el Río de la Plata
a los hombres que creyeron
que la utopía es lo que lleva un poco más de tiempo .

Al final de los finales,
al crepúsculo y al alba,
al cordón de la vereda
que me hizo un sitio ,
a Vallejo y Whitman ,
que me hicieron un sitio en el alma .

¡ Ah, y me olvidaba !
a cualquiera que pueda ,
reescribir este poema,
a don Luis de Góngora por “ ríase la gente “,
a la garúa haciendo música
en el techo de lata,
a mi abuela Angela repartiendo la miseria,
a mi abuelo, por plantar un árbol de granadas,
a Agustín Magaldi por sus primeros tangos,
a los panes tiernos de Paco Ibañez,
a León Felipe por la Insignia ,
a Buenaventura Durruti
por su efusión de ganas.

Héctor Díaz
23 de julio de 2008

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